NACIMOS PARA AMAR SUFRIENDO (?)
El amor no correspondido duele.
Duele con la misma intensidad del agua cuando se entra por la nariz después de que una ola te revuelca.
Superar el amor no correspondido duele. Por el simple hecho de haber sobrevivido.
¿No es el amor una batalla a muerte?
Él amor hacia uno mismo también duele.
Pues nunca nadie te querrá en la misma medida en que te quieres a ti mismo.
Nunca nadie sabrá cuántas lágrimas te costó llegar a ser quien eres ni lo difícil que es ser auténtico.
Buscar el amor duele mucho. Tanto, que cada tres días encuentras uno nuevo.
Buscar el amor duele, porque a veces te hace sentir invisible, incluso cuando te sientes más real que nunca.
Entender que no es posible encontrar el amor cuando lo buscas sí que duele.
Duele tanto, que quisieras que el amor de verdad fuera una persona y no un sentimiento.
Reconocer que el amor es una acción, no un sentimiento ni tampoco una persona, duele.
Duele igual que los ojos cuando no duermen.
Así como cuando el el corazón retumba porque tu propia voz se apaga.
El sentimiento que no puede ser, duele en silencio.
Esperar por el amor también duele.
Se le te olvida que existe y al mismo tiempo lo sueñas.
Vivir feliz aún sin encontrar el amor, irónicamente duele de verdad.
No se puede creer en el amor si no sientes que lo necesitas para morir en paz.
Encontrar el amor también tiene que doler. Esas posibilidades mínimas de encontrarlo, ahora son las mínimas que tienes de perderlo.
Qué difícil es cuidar un amor sin sobre protegerlo...y es apenas entendible.
Nacimos para ser felices sufriendo, es natural.
Pero no hay dolor más insoportable que dejar de creer en el amor. Esa es una forma de morirse por adelantado.
Cuando estés dudando, cierra los ojos, canta mentalmente cualquier canción, espera que pasen 5 segundos, invéntate un amor nuevo así no te corresponda y abres los ojos otra vez.
Nacimos muertos del miedo, pero el amor sí existe.
- Anónimo